jueves, 22 de septiembre de 2011

El pasado inalterable

¿Se puede enmendar el pasado? Por supuesto el pasado ya está ausente y lo único que queda es el recuerdo de lo que hicimos o dejamos de hacer; de lo que dijimos o dejamos de mencionar. Por lo tanto, creo que es un error pensar que se puede componer lo que ya quedó atrás, pero me parece que sí puedo expresar que eso que quedó pendiente o que debí haber hecho de otra forma, me causa pesar y que, si pudiera hacerlo, retrocedería el tiempo para componerlo. Sé que esto es imposible e incluso resulta absurdo siquiera insinuarlo, pero de alguna manera el expresarlo con palabras alivia un poco mi espíritu.

martes, 22 de marzo de 2011

Lobo

Estábamos almorzando en familia cuando llegó la doctora; salió a recibirla uno de los sobrinos, pues los demás no tuvimos el valor de hacerlo. Bien sabíamos a qué iba: hace unos días auscultó al Lobo, un perro hermoso, de esos que te demuestran su lealtad, su agradecimiento y su cariño con una especie de aulliditos que, a todos nos parecía, semejaban palabras; el diagnóstico fue contundente: los abultamientos que le fueron saliendo estos últimos días eran tumores malignos. La única solución posible era dormirlo y por eso nadie quisimos asistir a tan deprimente espectáculo. Queremos creer que no sufrió la muerte, que las molestias que venía sufriendo fueron desapareciendo poco a poco mientras sus ojos se cerraban de sueño. Se quedó dormido para no despertar más. Dicen por ahí que a veces las mascotas se sacrifican por nosotros, lo cual no parece sonar lógico, pero la verdad es que la vida nunca es lógica. Hace algunos meses, a mi suegro le detectaron un abultamiento en el cuello, con grandes posibilidades de ser cáncer. Ha tomado sus medicamentos, aunque no con la constancia que debiera, pero el abultamiento desapareció, para sorpresa de muchos. Si el Lobo tomó para sí ese sufrimiento, o no, nunca lo sabremos, pero lo cierto es que nadie que lo haya conocido pondría en duda esa afirmación.
Si el alma existe, debe tratar de limpiarse de los lastres materiales a que la encadena esta vida de sufrimientos y el camino más corto es a base de buenas acciones; si éste fue el caso, el alma del lobo avanzó un gran trecho hacia su purificación. Sé que es un triste consuelo, pero alcanza para afrontar la muerte de tan magnífica mascota.
Descansa en paz, Lobo; te extrañamos y nos sentimos en deuda contigo.

viernes, 14 de enero de 2011

Para Diana, la señorita más hermosa del mundo

Amada hija: he de confesarte que no supe cómo reaccionar ante la noticia que acabas de darme. Me embargaron muchas emociones repentinas, unas más intensas que otras, pero la que me dominó fue la alegría, porque como te dije, me da gusto saber que vas creciendo y desarrollándote de manera normal, pero también sentí una especie de nostalgia, porque sé que a partir de este momento voy desprendiéndome poco a poco de ti... es como si en cada gota de ese líquido vital se escurriera una parte de tu inocencia y te fueras convirtiendo, también poco a poco, en otra persona; lo cual no es malo, al contrario, pero te confieso que también siento un poco de miedo de no poder estar a la altura de esa persona en la que estás convirtiéndote. Lo que sí quiero que sepas es que siempre, siempre, te amaré tal como lo he hecho desde el mismo momento en que te vi nacer, lo cual es una de las mayores alegrías de mi vida. Te amo, hija, y te agradezco la confianza que me tienes.