Cuando estoy solo, me cuesta tanto trabajo dejar de pensar en ti.
Cuando estoy dormido, me cuesta tanto trabajo no soñar contigo.
Cuando estoy contigo, me cuesta tanto trabajo dejar de observarte.
Cuando platicamos, me cuesta tanto trabajo no interrumpirte para decirte lo que siento.
Cuando estamos juntos, me cuesta tanto trabajo detener mis impulsos de tocarte.
Cuando nos despedimos, me cuesta tanto trabajo evitar besarte los labios.
Cuando vuelvo a estar solo, no quiero dejar de pensar en ti.
Me cuesta tanto trabajo aceptar que sólo seamos amigos.
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